Capitulo 15 Un diente de leon inesperado

Todavia no me puedo creer que sea mas perfecta que en mi sueño, tiene de todo. Nada mas entrar enfrente de la puerta de madera de la entrada hay una gigantesca chimenea es muy bonita y muy rustica estoy deseando usarla en esos dias de invierno que subamos al lago. Delante de mi hay una mesa rectangular de madera de pino, con cuatro sillas a su alrededor, parecen comodas tienen un respaldo y un asiento que parece acolchado y da un aspecto muy blandito a la silla, empiezo a girar alrededor de la mesa tocando la magnifica textura de pino de la mesa, pero me paro en seco, no puedo creer lo que estoy viendo.... -Ohh Peeta...-digo con un brillo especial en los ojos, Peeta se acerca que hasta ahora se habia quedado en la puerta viendo como reaccionaba -¿Te gusta?-dice sonriendo, corro hacia el y le doy un abrazo muy fuerte
-Me encanta-digo mirandole a los ojos.  Es precioso, un bonito cuadro pintado sobre la misma pared, lo unico que no se es como ha atinado tanto en el dibujo, me ha dibujado a mi con un diente de leon en las manos, es un diente de leon inesperado jamas se me habria pasado por la cabeza -¿Como se te ocurrio? -Pues porque recuerdo ese dia que te vi recogiendole en el patio del colegio y me gusto representarlo...-dice sonrojandose un poquito -Peeta, ese dia fue cuando recupere la esperanza gracias a ti, siempre has sido mi diente de leon desde ese dia gracias a ti recupere la esperanza por seguir adelante...- Peeta me sonrie y sigo mirando la cabaña. El resto de la cabaña esta bien pero sin duda lo que mas me gusta es el cuadro, hay una habitacion con una cama y una mesita de madera ha ambos lado de la cama, tambien hay un baño que tiene desde una bañera hasta un pequeño cajon de arena para Buttecup.
-Bueno que, ¿te gusta?- dice Peeta imitando el acento del capitolio, no puedo evitarlo y me empiezo a reir
-Claro que si, Mellark-digo imitando a Effie, es inevitable no reirse, despues de un rato de risas Peeta se acerca a mi y me susurra al oido -¿Vamos al lago preciosa?- desde que sabe nadar no hay quien le saque del agua cuando venimos, ya es todo un experto y ademas le encanta. -¡Si!-contesto entusiasmada.

Estamos a punto de llegar a la orilla del lago, pero el unico inconveniente es que no tenemos bañadores; Peeta no lo duda ni un momento se quita la camiseta y se mete en el lago, yo me siento en la orilla y le observo como va de un lado para otro. -¿Katniss no vienes? anda ven que esta muy buena...- niego con la cabeza y me tumbo mirando hacia el cielo, todavia no estamos en invierno pero cuando volvamos a la cabaña habra que encender la chimenea porque las noches empiezan a ser frias. Cieero un instante los ojos, empiezo a notar que me caen gotas, supongo que estara empezando a llover, abro los ojos y veo a Peeta, no esta empezando a llover es Peeta que esta mojado, me mira vacilante y me coje en brazos, intento soltarme pero no puedo tiene mucha fuerza, me lleva hacia el lago no puedo hacer nada, empieza a correr y me mete en el agua y se empieza a reir -No tiene gracia- digo enfadada, me acerco hasta Peeta e intento hacerle una aguadilla sin mucho exito -Preciosa, primero tendras que cogerme- y empieza a nadar lo mas rapido que puede, cuando pienso que ya no ira mas lejos me sumergo y voy hacia el. Salgo y le rodeo el cuello con mis brazos -Pensabas que no te alcanzaria eh-digo susurrandole en el oido -Siempre me sorprendes- susurra a unos milimetros de mi boca; rompo esa distancia y empiezo a besarle, agarro mis piernas alrededor de su cintura, al poco rato empieza a llover y Peeta empieza a salir del lago coge la camiseta que casualmente ha caido en la rama de un arbol.

Poco a poco vamos hacia la cabaña, estamos llenos de pasion, Peeta me deja sobre una especie de colchon que hay en frente de la chimenea y va a por leña para encender la chimenea. Cuando termina se recuesta a sobre el colchon, y empieza a mirarme no aguanto mas y le muerdo en los labios, Peeta no puede evitarlo y se vuelve a encender la pasion de antes, me subo encima de Peeta y le beso en el cuello, todavia estamos empapados pero no importa. Peeta mete sus manos por debajo de mi camiseta y me acaricia la espalda, poco a poco viene hacia alante y empieza a desabrochar mis botones, pero se arrepiente -Lo siento...- apenas el oigo yo sigo a lo mio recorro su musculoso pecho y me susurra al oido -¿Estas lista?...